"Que toda vida es sueño y los sueños sueños son? "

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lunes, 31 de mayo de 2010

Perú II. Cusco-Valle Sagrado-Machu Picchu

Del 23 al 31 de Mayo
Cusco-Ollantaytambo-Aguas Calientes-Cusco

El día 23 de mayo agarramos un bus desde Puno hasta El Cusco…la capital de la civilización inca, y actualmente la capital cultural, histórica y turística del Perú, y el lugar más famoso casi de todo latino América. En Sur-América todos los caminos llevan al Cusco.

Fue en el Cusco dónde Pizarro entró con su ejército y sus acompañantes dominicos con su cruz, capturó al inca Manco Capac y tras robarle todo la plata y el oro, le decapitó en la plaza de Armas proclamando la derrota del imperio Inca. Desde ese momento los españoles se dedicaron a destruir todos los palacios y centros ceremoniales incas para construir encima de ellos iglesias y catedrales, queriendo enterrar así cualquier vestigio de la antigua civilización…por suerte no descubrieron todos los centros incas.

La primera imagen de la ciudad, no defrauda. Es una ciudad repleta de historia en cada rincón, muy cuidada arquitectónicamente y muy fotogénica.



Pero no la visitamos, ya que decidimos conocer primero sus alrededores, y conocerla bien a nuestro regreso.

El lunes visitamos el Valle Sagrado, el valle por el que se extienden infinidad de ruinas incas. Los incas fueron auténticos genios de obras de construcción e ingeniería en plena montaña, y todas las ruinas no se sitúan a pie del valle sino en pura montaña, lo más alto posible… lo más cerca de los apus, donde vivían sus dioses, y de inti, el sol, su dios más importante después del creador del mundo, Viracocha.

Visitamos Pisac, un centro agrícola con unas construcciones en bancales espectaculares. Al no disponer de muchos lugares llanos, los incas supieron dominar su terreno ingeniando terrazas en montañas escarpadísimas para poder cultivar la tierra. Esto ofrece vistas de cultivos en los lugares más inimaginables.



Todas las ruinas y centros ceremoniales incaicos dan a entender la magnitud de la civilización inca, probablemente la más grande de Latinoamérica. Su existencia fue breve, unos 4 siglos, y el siglo XV como siglo de mayor esplendor, cuando gracias al inca Pachacuti se expandieron desde el sur de Colombia hasta el norte de Argentina y Chile, en menos de 100 años. Una auténtica civilización andina que supo explotar su medio a la perfección. Fueron además muy inteligentes y en su proceso de expansión en lugar de destruir, se adueñaron de progresos y avances de otras culturas anteriores, como los huaris en el Perú o los Tiwanaco de Bolivia.

Luego paramos en Urubamba y posteriormente fuimos a las ruinas de Ollantaytambo, también a base de bancales y con un centro ceremonial en lo alto de la montaña. Este pueblo era un lugar estratégico ya que se sitúa entre 3 valles que se aglutinan en uno solo que va camino a la selva…y a la ciudad sagrada del Machu Picchu. También en Ollanta (como se le conoce por aquí) fue donde el último inca, Manco Inca, se sublevó contra los españoles y les derrotó temporalmente, ya que los conquistadores regresaron unos años más tarde con el triple de hombres para poder abatirlos.



En Ollanta pasamos una noche. Es un pueblo precioso, dicen que es el único pueblo incaico viviente ya que mantiene intactas la forma y tipo de construcción de sus casas, sus calles etc…



Tuvimos suerte además porque se celebraba allí también la fiesta del pentecostés . Es curioso porque en el Perú hemos encontrado en muchos pueblos fiestas y más fiestas. Da la sensación que están todo el día festejando…lo que es una buena excusa para tomar alcohol sin parar. Cuando piensas en fiestas religiosas, te viene a la mente la seriedad, silencio, abstinencia…exactamente lo opuesto que aquí pasa : color, música, danza y mucho alcohol!




Al día siguiente iniciamos la expedición Machu Picchu. Lo fácil y lo que la mayoría de gente hace es agarrar un tren desde el Cusco, hasta Aguas Calientes (al que llaman Machu Picchu pueblo), y desde allí suben en autobús un trayecto de media hora hasta el santurario…otros llegan en trekking de 3 o 4 días, que son carísimos.

…pero nosotros no queríamos hacer ninguna de estas rutas, así que creamos la nuestra propia. Desde Ollanta, agarramos un bus local hasta Santa María, unas 4 horas de curvas tortuosas. De allí agarramos una furgoneta hasta Santa Teresa que nos llevó cerca de la central hidroeléctrica, otras 3,5h. Una vez en la hidroeléctrica , debido a las terribles lluvias de febrero que arrasaron pueblos enteros y puentes, tuvimos que cruzar el río en tirolina… y de allí caminamos unas 4 horas por la vía del tren hasta llegar al pueblo de Aguas Calientes.




Una pequeña peregrinación particular.

La caminata es bien linda ya que el paisaje es pre-selvático; pero se nos hizo tarde y llegamos ya de noche. Aguas Calientes es horrible, de lo que hemos visto el pueblo más feo del Perú…pero no estábamos allí por el pueblo.

Nos acostamos y al día siguiente a las 3 de la mañana nos levantamos para subir al Machu Picchu. En lugar de en autobús, queríamos subir andando, son unas 2 horas de pura cuesta…pero estaba diluviando…así que tuvimos que ir a hacer cola a la estación de bus para subir con el primero a las 5.30. El agarrar este bus, te permite conseguir una de las 400 entradas para subir al Huayna Pichu, la montaña sagrada que está detrás del complejo del Machu Pichu y que ofrece unas vistas del lugar espectaculares.

A las 6.30 ya estábamos dentro del recinto…Cogimos un guía local para aprender más del lugar. Primero subimos al mirador, pero estaba lloviendo y había una niebla que no nos dejaba ver absolutamente nada…pero de repente… la niebla se evaporó y la vista de la ciudad te deja sin palabras. En ese momento entendimos porqué es una maravilla del mundo. El enclave dónde está construido el Machu Pichu es impensable. Es totalmente inaccesible en un entorno selvático, rodeado de montañas con formas mágicas. La ciudad en sí está en medio de este paraje en una zona que los incas la hicieron llana, como si la ciudad estuviera en la palma de una mano ofreciendo el lugar al dios sol.




Por desgracia se sabe poco de qué era exactamente este lugar. Los incas, no tenían un sistema de escritura, por tanto no dejaron documentación escrita de su civilización. Pero sí se han hecho algunos avances para conocer su historia.

La ciudad estaba totalmente sepultada bajo la vegetación selvática, sólo conocían de su existencia algunos campesinos locales, y fue el hijo de uno de ellos, que tras recibir 1 sol (0,30€) llevó al explorador James Bingham al lugar exacto de la ciudad perdida del Machu Pichu en 1911. Él en realidad buscaba la última ciudad inca, Vilcabamba, pero se topó con esta maravilla.



Por suerte los españoles no tuvieron ni idea que existía este lugar, sino probablemente lo hubieran saqueado y destruido. Desde ese año hasta hoy se siguen encontrando vestigios y restos arqueológicos.

Por las excavaciones realizadas, se sabe que en el Machu Picchu no vivían niños. Por ello se cree que era una ciudad sólo para elegidos. Es una maravilla arquitectónica y era un centro de investigación, de estudios agrícolas, de estudios astronómicos y un lugar ceremonial muy importante. En la ciudad vivían nobles, artesanos, arquitectos, investigadores y sacerdotes.

Hay múltiples lugares sagrados para los incas donde se realizaban rituales y ofrendas.
Tras conocer los misterios del lugar (que hay muchísimos, cada rincón esconde alguno) subimos al Huayna Picchu. La ascensión es dura, pero merece la pena, ya que desde la cima, tienes la perspectiva real de lo que es la ciudad y dónde está construida realmente. Te das cuenta de la grandeza del lugar.



Seguimos todo el día paseando por la ciudad , subiendo y bajando los bancales hechos en pura montaña ,flipando con las vistas y imaginando cómo debió ser la vida aquí. Un lugar mágico. Si las piedras hablaran...




Decidimos bajar a pie hasta Aguas Calientes…así que llegamos al pueblo reventados, listos para cenar y a las 8 a dormir.



Al día siguiente regresamos a Ollanta en tren. Está abierto desde hace unas semanas ya que buena parte de la vía se la llevó por delante los desprendimientos de tierra fruto de las lluvias. Y de Ollanta cogimos un taxi hacia Cuzco, pero paramos de camino en Moray para seguir viendo ruinas, no te las acabas.

Morai es un centro de investigación agrícola inca. Está situado en un pequeño valle en forma de taza. Aquí los incas crearon unos bancales en forma circular apasionantes visualmente. Se dice que cada bancal tiene su propio microclima, de este modo experimentaban cual era la ubicación óptima para cada tipo de cultivo.



El día siguiente lo dedicamos a relajar las piernas, bastante castigadas tras la caminata de casi 12 horas del día anterior. Recorrimos la ciudad, que con motivo se ha ganado el título de una de las más bonitas de Latinoamérica.



Está llena de catedrales, iglesias, conventos, etc, con calles empedradas, y con muchos restos coloniales que se funden con los restos incaicos.



El puro centro, como no, es la Plaza de Armas, presidida por la catedral principal y los balcones y las arcadas. La ciudad está protegida por el apu del Ausangate, la montaña más alta de la región a unos 5000 metros.

El día 29 ya más recuperados fuimos a visitar las ruinas de Tipón. ES una pura obra de ingeniería sobre cómo aprovechar el agua. Se dice que científicos japoneses han venido hasta este enclave para estudiarlo y entender como de perfectos eran los sistemas de riegos incas, que suministraban la cantidad exacta de agua a cada bancal. Canalizaban el agua procedente de una fuente natural de la montaña y a través de cascadas, sistemas subterráneos y canales la drenaban por los bancales. Pero se fueron sin acabar de entender cómo funcionaban.



Para los incas el agua era también una deidad. Eran agricultores, por tanto necesitaban el agua para hacer crecer sus cultivos. Era un dios masculino que se unía con la Pachamama, para crear el alimento. Sin agua no había vida.

Tipón es también famoso por su cuy, la comida tradicional cusqueña. Así que paramos para probarlo. Es un roedor parecido a la cobaya, hecho al horno y que está riquísimo, pero sin mucha chicha.



A la vuelta a Cusco, paramos en Andahuaylillas, que presume de tener la capilla sixtina de América. En lugar de visitarla vimos delante de la iglesia, una de las danzas preparatorias de la fiesta de Q'oyoriti. Esta fiesta aunque aparentemente es una fiesta cristiana, en origen se celebra para apaciguar al apu Ausangate, el volcán y montaña más alto de la región.



En Cusco, nos hemos vuelto a encontrar a Patrick. Un amigo suizo que conocimos en Laos hace 8 meses, que nos reencontramos en La Paz por casualidad y que ahora hemos vuelto a coincidir aquí! El mundo es un pañuelo?? Con él fuimos a un concierto reggae-peruano en un garito del barrio de San Blas, el más bohemio de Cusco.

Y el último día en Cusco lo aprovechamos para visitar 2 platos fuertes de las ruinas incas de la ciudad :

Primero, Sacsahuamán, un enclave que fue estratégico para los incas tanto a nivel religioso como militar, y que está ubicado arriba de una de las colinas de Cuzco, muy impresionantes y con el fuerte en tres niveles y en forma de rayo como rasgo distintivo. Desde aquí hay unas vistas impresionantes de toda la ciudad.



Después el convento de Santo Domingo, construido encima de los cimientos del que fue el palacio inca más importante y más rico en oro de todos los tiempos. Hoy día, lo interesante es poder apreciar la mezcla extraña de arquitectura inca, colonial y contemporánea a la misma vez.

Desde el Cusco nos vamos del Perú, no hemos tenido tiempo de recorrer más. Nos despedimos de las tietas de Tania que se vuelven para la Seu , las veremos pronto de nuevo.



…Esta vez como nos quedan pocos días, y para ahorrarnos unos 5 días de bus, nos pegamos el lujo de volar hasta Bogotá-Colombia, el último país que visitamos en este sueño?...

sábado, 29 de mayo de 2010

Perú I. Arqequipa-Colca-Titicaca

Del 14 al 23 de mayo
Arequipa-Cañón del Colca-Puno-Amantaní

El día 12 de mayo agarramos un bus para salir de Bolivia en dirección Perú. Estando en la parte boliviana del lago Titicaca, ya estábamos muy cerquita de la frontera con Perú. Una frontera muy fácil y en la que no tuvimos ninguna complicación.

Nos dirigimos a Arequipa, la segunda ciudad más grande de Perú, con 1,7 millones de habitantes. La llaman la ciudad blanca por sus construcciones de piedra volcánica de este color y también la ciudad de la eterna primavera, por su cálido clima.



Aún así, está a unos 2500msnm, y se encuentra rodeada por varios volcanes de la cordillera volcánica de los Andes. El más famoso es el Misti, a unos 5.800metros. En él viven los apus ( o espíritus) que protegen la ciudad, aunque la gente no le quita el ojo no sea que despierte... Dicen los expertos que, aunque en estos momentos solo eche fumarolas de vez en cuando, se espera una erupción en un futuro no muy lejano. Y esto implicaría la destrucción de más de 9 comunidades que se han construido sus casas en sus laderas.



El motivo principal por el que empezamos por esta ciudad estaba bien justificado. El día 14 nos encontramos con las tietas de Tania, Carmen y Carmen, o Carmen al cuadrado, para más facilidad. Tania las fue a buscar al aeropuerto, con mucha emoción, ya que recibir familia o amigos para compartir con nosotros un pedacito de este viaje siempre es motivo extra de felicidad... Y ese día, el día 14, fue el día del último partido de liga, y momento decisivo para la liga. Una buena excusa tuvo Xavi para quedarse en el hotel y así no perderse ni un minuto de partido. Pero Murphy siempre está ahí, y esa mañana, desde las 6 de la mañana no había luz en la ciudad. Creíamos que no íbamos a poder ver el partido, pero finalmente pudimos verlo y celebrar la victoria, aunque claro que en Perú, y más siendo domingo por la mañana, el ambiente no era para tirar cohetes… Pero con un vermut, varias cervezas y mucha alegría, en Perú vimos al Barça campió! Visca el Barça!!

Era domingo, y como viene siendo común en toda Sur-América, poco hay que hacer ese día, más que pasear y ver cómo las famílias disfrutan su día de descanso en las principales plazas y cafés. Aprovechamos para comprar un par de libros interesantes en el quiosco de la esquina. No son auténticos, si no que son fotocopias y salen a unos 3€! Esto sí es una buena forma de promover la lectura...

El día siguiente, a las 3 de la mañana, salimos hacia el cañón del Colca, qué madrugón! El cañón del Colca es uno de los destinos de trekking más conocidos del Perú, al ser uno de los más profundos del mundo con unos 1200m de profundidad. Es además la tierra del cóndor, uno de los animales sagrados de la cultura andina. Verlos volar, que con sus alas estendidas pueden medir hasta 2m, es toda una muestra de elegancia. Decidimos pasar 3 días y 2 noches en el cañón conociéndolo de cerca.



Tuvimos que madrugar tanto ya que nuestro descenso del cañón debía ser por la mañana para asegurarnos de llegar a uno de los pueblos de dentro del cañón antes del anochecer. Nos demoró unas 6horas hasta llegar a Cabanaconde, podríamos decir que el pueblo más grande al filo del cañón, a 3200 msnm y desde el cual empezamos el descenso. En el camino, alcanzamos los 4.900metros; por suerte íbamos durmiendo y con los caramelos de coca, casi ni nos enteramos.

En toda esta región conviven dos comunidades principales, históricamente rivales entre sí, pero que ahora se relacionan sin problemas: los cabanas y los collaguas. Unos son originarios de los quechuas y los otros de los aymarás, y se distinguen principalmente por la forma de vestir. En el cañón predominan los cabanas, con sus trajes tradicionales muy coloridos y con unos bordados super exquisitos. Puedes distinguir si una mujer está casada o soltera por el pliegue de su sombrero. Algo muy cómodo para los hombres, verdad?



Nos llevó unas 4 horas el descenso hasta San Juan, donde íbamos a pasar la primera noche. Un pueblo diminuto y que aunque ya tiene luz desde hace unos 2 años, todavía mantienen su forma de vida tradicional, cuya subsistencia se dedica básicamente al cultivo de maíz, quinua, y patata en las terrazas del cañón.



La vida dentro del cañón es muy dura, más de lo que nos podríamos imaginar. Todos los pueblos que están dentro están totalmente aislados del resto de civilización. Todo allí es carísimo, ya que todo tienen que bajarlo de Cabanoconde, arriba del cañón. La única forma de transporte es andando, o los que tienen suerte, en mula.

Dormimos en la casa de Rivelino, una familia que ha habilitado unas cabañitas para los visitantes. De esta famílía, sólo Rivelino frecuenta Cabanoconde para comprar. Los demás, dicen que suben como mucho 3 veces al año.

Todas la comunidades están conectadas por caminitos, que suben y bajan en zigzag por las montañas del cañón. Caminos impensables que sufrimos en nuestras carnes. El descenso fue durísimo! Acabamos con temblores en las piernas…



El segundo día en el cañón visitamos otros pueblos como el de Malata, donde pudimos probar la famosa chicha ( bebida de maíz), la bebida sagrada de los incas y el refresco actual más popular entre los peruanos.

Unas cuantas horas más caminando y llegamos al único oasis de la zona, un lugar natural habilitado para los turistas y caminantes lleno de piscinas y donde pudimos pegarnos un baño que nos supo a gloria, después de toda la caminata por el cañón.



Decidimos iniciar el ascenso del cañón (unos 1200m) subidos a las mulas, una experiencia cargada de adrenalina, ya que los acantilados subidos desde la mula se veían mucho más grandes….y tuvimos que aprender a llamarlas en quechua para que no se pegaran coces entre ellas. Se entiende por qué a estos animales les llaman burros…..porque lo son!, pero son animales muy fuertes y trabajadores, y aguantan un peso de hasta 120kg.




Una vez arriba, pudimos tomar una ducha de agua caliente y una buena cena bien merecida en Cabanaconde, donde dormimos la segunda noche.

El tercer día visitamos Chivay, el pueblo más importante de toda la región, donde nos hicimos un baño en las aguas termales naturales de la zona, y de vuelta a Arequipa.

Allí disfrutamos de la cena muy bien acompañados, con Xavi y Enca, nuestros amigos de Esparreguera, que estaban también en Arequipa desde hacía unos días por un pequeña lesión en el ojo de Enca, y que por suerte no fue nada. Ellos iban hacia el Cañón al día siguiente, y nosotros hacia el lago Titicaca, again, pero esta vez del lado peruano.

Antes de partir, por la mañana, decidimos ir a visitar a una de las personas más inmortales de toda la histora inca : el cuerpo congelado de Juanita.

Juanita fue una noble inca que fue ofrendada a los dioses incas, y cuyo cuerpo se encontró en los noventa en el volcán Ampato, a más de 6000 metros de altura, gracias a que la erupción de un volcán vecino provocó que se deshiciera el hielo del volcán, y así quedó al descubierto un pedazo de historia muy importante de la época inca: los sacrificios humanos.

Los incas hacían ofrendas humanas a sus montañas, que creían vivas y era dónde los dioses vivían. Para que no se enfadaran, creían la necesidad de realizar este tipo de ofrendas con niños nobles, de la alta sociedad. Para las famílias y los propios niños, era todo un orgullo, ya que para ellos este hecho significaba que iban a pasar a formar parte de la divinidad y la reencarnación en su otra vida para ayudar a su pueblo. Es por ello que los entierros se hacían con todo el ajuar y los objetos más valiosos para estos niños; se llevaban todo aquello que pensaban les podría ser útil en su otra vida.

El ritual consistía en ascender a la cima de la montaña, se podía tardar varios días… Solamente subían los sacerdotes y el niño que iba a ser ofrendado. Una vez arriba se iniciaba la ceremonia. Al niño se le daba de beber chicha fermentada durante 2 años, para que cayeran en estado de insonsciencia. Luego tras las oraciones y rituales incaicos se les introducía en el agujero en posición fetal y se les golpeaba con la macana (una especie de mazo sagrado) en la cabeza para acabar con su vida y ofrendarlos así a la pachamama.

Es increíble pensar como hace más de 500 años, esta civilización podía escalar montañas tan altas sin recursos ni herramientas. Ellos fueron los verdaderos pioneros del andinismo, sin ninguna duda.

Después de esta interesante visita, nos pusimos rumbo al lago Titicaca, again, pero esta vez del lado peruano. Llegamos a Puno, a 3.800msnm, donde hicimos noche. Puno es el puerto principal desde donde coger los barcos a las diferentes islas del lago, un pueblo que podría entrar en el ranking de los más feos de Perú, aunque uno en especial que conoceremos más adelante compite con Puno por este galardón.

La mañana siguiente, bien temprano, nos fuimos al puerto a hacer negociaciones matutinas para ver quién podía llevarnos a Amantani, una de las islas más tranquilas del lago peruano.



No queríamos ir con ninguna de las agencias que presumen de darte los mejores precios para visitar las islas. Sus servicios son extra abusivos con las familias nativas de las islas; se aprovechan de ellos, y tardan meses en pagarles. Una buena mafia y nada bienvenidos por los locales de las islas. Preferimos dar todo el dinero íntegro a la gente de la isla.

Así que acordamos con Roberto que sería nuestro capitán, un nativo de la Amantaní, quién nos llevaría hasta la isla. Viajamos nosotros cuatro y una pareja de Lyon que también se apuntó. El capitán estaba muy contento y excitado, y nos pidió de parar en otra de las islas a la vuelta, y pronto entendimos porqué: había una fiesta muy importante para los amantinos, el Pentecostés!!

Es una fiesta católica, pero como siempre mezclada con las tradiciones indígenas locales, lo que hace de la religión en Sur-América bastante interesante. Atracamos en la pequeña playa de Amantaní, donde justo acababa de empezar la fiesta, y allí estaba ya todo el pueblo bailando, y como no tomando…el tomar es la base de cualquier celebración, la cerveza lo empapa todo.





La tradición del pentecostés es muy simbólica para la gente del lugar, ya que es el momento para bendecir todos los bienes materiales para que se multipliquen el año siguiente. Todos los grupos agrupan sus verduras, billetes verdaderos o falsos, y sobretodo piedras que recogen de la playa, muchas piedras, que simbolizan el dinero!!! Esta es la parte más curiosa, ya que con las piedras pueden hasta comprar helados o bebidas! Hay un capitán y su grupo con la cara teñida de negro que son los encargados de hacer las bendiciones en cada grupo con una voz surrealista y muy graciosa.

Después de las bendiciones, la gente pone las piedras en un saco, al que llaman el "banco internacional" y el capìtán tiene que velar toda la noche por su seguridad. Al dia siguiente, se reparte entre todo el pueblo, simbolizando la riqueza...



La gente vestía sus mejores galas y fue fantástico compartir este día con ellos en una isla muy auténtica sin muchos turistas. No hay hoteles ni hostales, duermes en casa de los locales y comes con ellos. Así que pasamos un día muy cultural y por la tarde también dimos unos paseos por la pequeña isla que vive básicamente de la agricultura y ahora empieza a recibir un poco de turismo.





Al día siguiente de nuevo barco dirección a Taquile, la isla vecina. Otra isla del Titicaca, con mucha tradición y cultura, pero más explotada turísticamente. En esta isla viven los hombres tejedores, son ellos y no las mujeres los que se encargan de tejer los trajes tradicionales.




Después de Taquile tras unas cuantas horas de barco visitamos las islas Uros. Un capricho natural ya que son islas flotantes construidas encima de la planta de totora, únicas en el mundo.



...finalmente regresamos a Puno y al día siguiente agarramos otro bus dirección El Cusco.
Nos esperaba una de las maravillas del mundo…

domingo, 16 de mayo de 2010

Lago Titicaca - Bolivia

Lago Titicaca
Del 5 al 14 de mayo

Tras salir del stress de La Paz, agarramos una furgoneta con destino el Lago Titicaca, a 3 horas de camino, ferry incluído.

El Titicaca es el lago navegable más grande y alto del mundo, a 3800 metros. Tiene 230 km de largo y 97km de ancho. Se comparte entre Bolivia y Perú, aunque la parte Boliviana es la más bonita e interesante.



Llegamos a Copacabana, Copa, el pueblo más grande de la parte Boliviana. Es igualmente pequeño y bastante turístico. Es un paraíso de calma comparado con La Paz. Dormimos una noche y el día siguiente agarramos un barco hacia la Isla del Sol, a 2 horas.

…y la Isla del Sol sí que es el verdadero paraíso boliviano. Es una isla mágica con mucha historia y unas playas de arena blanca y agua turquesa “caribeñas”…pero a 4000 metros. Por el día hace un calor terrible, eso que en Bolivia estamos entrando en el invierno, y por la noche baja radicalmente la temperatura.




Dormimos 4 noches en el Hostal Pachamama, en la zona norte de la isla, muy básico pero justo delante de la playa de arena blanca de Challapampa, la comunidad del norte. La isla se divide en 3 zonas, sur-norte-centro, y como por suerte no circulan coches para ir de una comunidad a otra hay que ir andando por caminos de piedra o en barco. Challapampa, es un pueblo de unas 500 personas ultra tranquilo con construcciones básicas, sin modernidades, con niños jugando en la playa, pescadores en sus botes de remo y cerdos andando por las calles. La principal actividad es la pesca, de truchas fresquísimas y buenísimas, proteína que hacía mucho que no comíamos, casi desde que llegamos a Sur-América. También se dedican al cultivo de diferentes productos en las laderas de toda la isla, como la quinua, la patata, la haba o el trigo.





En esta zona todavía puedes ver comunidades aymarás con su forma de vida tradicional.
La Isla del Sol es mágica por toda la historia que tiene, y ruinas pre-incas que aún se conservan. El primer día fuimos con un guía local a las ruinas de la zona norte, las más interesantes.

Según la cultura inca, en esta isla nació el Sol y la Luna, y de ellos nacieron los 2 primeros incas, Manco Capac y su hermana Mama Ocllo. El Dios Sol, les entregó una barita de oro, y les dijo que allí donde pudieran enterrarla fácilmente, construirían la capital del imperio inca…ese lugar no fue esta isla sino Cuzco.

Todos los incas, tenían que venir por lo menos una vez en su vida a esta isla sagrada a purificar su cuerpo, alma y espíritu. Debían llegar por el sur, atravesar 7 puertas donde dejaban sus malas acciones , llegar al templo del sol en el norte donde solo vivían 12 sacerdotes, hacer sus ofrendas para purificarse, y regresar por otro camino puro, ya que en el de ida habían ido dejando todos sus pecados. Venían personas de 41 regiones andinas. Todos los peregrinos traían ofrendas muy valiosas desde sus respectivas regiones, como plata, oro y tejidos, muy importantes también.

En el Templo del Sol, vimos la mesa cerimonial, donde se hacían ofrendas animales y humanas a la Pachamama y al Sol. En ese lugar conocimos al chamán de la isla, el señor Faustino. Aún en activo 100%, la gente de la isla sólo recurre a él para curar enfermedades. Es un hombre de 60 años muy sabio y respetado. También aún hoy en día se realizan ofrendas (ya no humanas) y rituales a la Pachamama.




Luego vimos la piedra en forma de puma, donde nacieron los 2 primeros incas, y la piedra dónde nacieron el Sol y la Luna (que representan al hombre y la mujer respectivamente). Aquí es donde se hacían todas las ofrendas en la época incaica.

En este recinto sólo vivían 12 sacerdotes, que custodiaban las ofrendas y purificaban a los incas que acudían al templo. Se dice que el subsuelo del templo está lleno de laberintos y pasadizos dónde aún debe haber oro y plata de las ofrendas. El lugar fue tapado con una gran piedra por los españoles ya que en los laberintos se escondían los incas. Nadie se atreve a retirar la piedra que cubre la entrada ya que el chamán dice que el lugar se vaciaría de la energía que ahora posee y la Pachamama podría ofenderse y causar grandes problemas.

Realmente el lugar es energético. La isla te absorbe y te carga de energía. En este lugar sagrado, pasaron en sus días muchas cosas, creencias y rituales.

El día siguiente, caminamos los 10km que tiene la isla de largo hasta Yumani, la zona sur. Es un pueblo más grande y mucho más turístico, así que comimos, y agarramos el barco de vuelta a nuestro oasis del norte. La caminata es linda, vas encontrando nativos de la isla cultivando sus chacras y tienes una vista 360º de los alrededores de la isla…a lo lejos incluso se ve la cordillera real con picos nevados de 6500m.



Pasamos unos días agustísimo en la Isla, para nosotros es el lugar más mágico de Bolivia, y por suerte estamos muchos días. Es un lujo viajar con tiempo, y poder quedarte en el sitio que más nos gusta, tan solo disfrutándolo dejando pasar los días.



El día domingo bajamos a Copacabana por la mañana. En la Isla no hay internet ni teléfono ni televisión… y necesitábamos conectarnos al mundo, saber si el Barça había ganado la liga, chequear el correo e ir al banco.

Nos estresamos solo llegar con tanta gente, tanto turista, coches, motos, restaurantes…Así que decidimos quedarnos solamente 1 día y medio y regresar a la Isla.

Antes alquilamos un patito-pedalón para dar una vuelta por la bahía de Copa, muy auténtico.

Y nuestros 3 últimos días Bolivia, decidimos volver a la Isla huyendo de la civilización. Fue pura coincidencia que justamente estos últimos días, había una fiesta local en la isla, donde hemos podido divertirnos con los locales y bailar con ellos su baile tradicional, la Morenada, con una vestimenta que hace burla a los colonizadores españoles. Los hombres iban disfrazados y las cholitas con sus mejores galas. También llevan una especie de carraca que hace alusión al sonido de las cadenas que llevaban los esclavos y al sonido que hacían al picar la piedra en las minas de Potosí.



El primer día la fiesta empezó a las 2 de la mañana, hasta las 8… y desde ese momento el alcohol ha acompañado a los locales ininterrumpidamente… creo que en beber nadie los supera. Es curioso cómo beben, ya que siempre reservan el último trago del vaso para la pachamama, tirándolo al suelo para que ella lo disfrute también. La plaza del pueblo, normalmente vacía, estaba a rebosar de los locales, es donde se llevaba a cabo la acción.



Hemos conocido a mucha gente en estos días, ya que el lugar familiar invita a compartirlo todo. Todo el mundo parece desprender de la buena energía que da la isla.

El día 14 agarramos un bus hacia Perú para encontrarnos con las tias de Tania en Arequipa. Esperemos ver al Barça campeón desde Perú el domingo 16!!

Viva Bolivia!