"Que toda vida es sueño y los sueños sueños son? "

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martes, 16 de marzo de 2010

Argentina II - La Patagonia

Del 3 al 15 de marzo
Ruta: El Calafate – El Chaltén – Río Gallegos – Puerto Madryn – El Bolsón – Bariloche

El día 3 volamos hacia la Patagonia, tierra remota explorada por científicos y aventureros, y donde se encuentra el fin del mundo. Toda la Patagonia, región inmensa, árida y virgen , pertenecía hace muchos años a Chile, pero renunció a ella y le cedió a Argentina toda la parte que se hallaba al otro lado de los Andes.

Los autóctonos de Patagonia creen que ésta es una región que pertenece a otro mundo. Se cree que el Dios creador vino a estas tierras a descansar después de crear el mundo y sus animales. El cisne es el animal sagrado, ya que fue el que transportó al Dios a Patagonia después de la creación. Por el contrario, el ñandú, un ave autóctona patagónica parecida a un avestruz fue castigada por no querer ayudarlo, y se le prohibió volver a volar.

El cielo tiene un azul de diferentes tonalidades espectaculares, y puedes ver cómo el globo empieza a hacer la curva con menos ángulo por la proximidad a los polos. Es una de las zonas menos pobladas del planeta. Te sientes todavía más minúsculo viendo la grandeza natural de este país.




El terreno es muy árido y poco fértil cuando te alejas de la cordillera, ya que las precipitaciones son mínimas. La cordillera de los Andes hace de barrera natural y para el viento húmedo del oeste que viene del Pacífico. Así que aquí sopla mucho viento y llueve muy poco. El resultado es una vegetación de estepa, muy bajita , arbustácea y espinosa, para proteger el terreno de la erosión.
En cambio, en la zona de la cordillera, las precipitaciones son abundantes, y es donde encuentras los glaciares, poco aptos para la vegetación por las bajas temperaturas. Zonas muy diversas, y riquísimas en flora y fauna.

Nuestra primera parada fue el pueblo del Calafate, donde llegamos con el objetivo de ver a uno de los más lindos glaciares, el Perito Moreno, dentro del Parque Nacional los Glaciares que tiene un total de 356 glaciares.

Pero el que ofrece las vistas más espectaculares es el glaciar Perito Moreno, llamado así en honor a Francisco Moreno, un explorador argentino de la zona austral de Argentina. Este parque nacional es una de las reservas de agua más importantes del mundo.



Estuvimos un día entero observándolo desde sus distintas pasarelas y también desde un barco que atraviesa el canal de la cara norte. Lo mejor del día fue poder escuchar sus rugidos y ver cómo se desprendieron tres grandes bloques de hielo, parecía el sonido de un gran trueno de tormenta. Un espectáculo de la naturaleza. Es uno de los únicos glaciares más activos y que siguen avanzando, con una velocidad medida de aproximadamente 2 metros por día, parece que la masa de hielo gigante de hielo está viva…y lo está. Se mueve y se oye.




El siguiente par de días los utilizamos para explorar la zona norte del parque nacional, desde el pueblo del Chaltén, uno de los pueblos más jóvenes de Argentina, ya que fue creado en 1985 como pueblo de servicios para esta zona.



Al pueblo del Chaltén le llaman la capital nacional del trekking, ya que está situado en un valle con muchas oportunidades de trekking y unas vistas increíbles, presidido por el majestuoso cerro de Fitz Roy, una montaña imponente muy fotogénica y que reta a muchos escaladores por sus escarpadas paredes. Aquí hicimos un trekking de unos 20km para llegar hasta su mirador y contemplarlo desde más cerca.



En Argentina hemos recuperado la cultura del tupper ware. Mientras que en Asia ir al supermercado y cocinar era más caro que comer fuera, aquí ir de restaurante ya vuelve a ser un lujo para nosotros. Así, hemos vuelto a las cocinitas diariamente, y con aceite de oliva!!
Después del Chaltén, el objetivo era empezar a subir hacia el norte por tierra, hacia la región de los siete lagos. Teníamos la opción de subir por la legendaria ruta 40, famosa por los viajes de Ché y que ofrece la experiencia del far west argentino, con sus gauchos y paisaje andino…pero hacer 25 horas de viaje por una carretera prácticamente sin asfaltar ( aunque lo estará en poco tiempo) y en un autobús sin reclinación de asiento no era lo que más nos emocionaba, ya que la mayor parte del viaje íbamos a hacerla de noche.

Así que tomamos la opción cómoda, aunque más larga, que fue tomar la ruta 40 dirección sur para después tomar la 3 en dirección los siete lagos. Esta opción nos permitió hacer una parada en Puerto Madryn para conocer Península Valdés y Punta Tombo, un paraíso natural patagónico.

Estuvimos 30horas de viaje, aunque al final no nos dimos cuenta que ya habíamos llegado. Los autobuses en Argentina son comodísimos, con asientos cama que se asemejan a un primera clase de avión y hasta con servicio a bordo, donde te dan las comidas correspondientes. Una forma de ahorrar tiempo y dinero es viajar de noche; te ahorras la noche de hotel, y haces km sin darte cuenta. Porque aquí todas las distancias se cuentan de mil en mil km. Las distancias son enormes, y moverte de un punto a otro normalmente supone un mínimo de 12h de viaje y mil o dos mil kilómetros.

El viaje hasta Puerto Madryn por la ruta 3 cruza toda la estepa patagónica, un paisaje sin ninguna sorpresa hasta llegar a destino, ideal para dormir.

En Puerto Madryn visitamos el área natural protegida de Península Valdés, lugar que varias especies de mamíferos marinos escogen como área de reproducción, cría y muda. Esta área cuenta con la única colonia continental de elefantes marinos, además de colonia de leones marinos, orcas, y es el lugar que la ballena franca austral escoge para su reproducción y cría cada año, durante los meses de junio a diciembre. Así que esta vez no pudimos verlas…Pero pudimos ver a todas las otras especies.




Península Valdés, además, tiene una gran diversidad de aves marinas y terrestres y otros animales autóctonos como el guanaco o el ñandú.



También visitamos Punta Tombo, la mayor reserva continental de pingüinos, y la más importante después de la Antártida, donde viven gran parte del año 180.000 parejas del Pingüino de Magallanes.




Fuimos con guía, así pudimos conocer más de cerca cómo viven estas especies en su hábitat natural, muy interesante. Algunos datos curiosos son , por ejemplo, que el pingüino de Magallanes deja esta zona de abril a setiembre, después de mudar la piel, y viajan, contrariamente a lo que podríamos pensar, a zonas más cálidas como Brasil y también a Sud-África. Pinguinos en Brasil! O que el elefante marino es la foca más grande del mundo, con un peso de hasta 4 toneladas, son unos gordacos. Estos animales tienen que desplazarse como si fueran reptiles, ya que solamente tienen dos aletas en el frente de su cuerpo, arrastran todo su peso como pueden.

Fue muy exótico y especial poder ver a estos animales ya que normalmente desde Europa debemos viajar muy lejos para tener la oportunidad de ver a algunos de ellos en su hábitat natural.
Y después de tanta naturaleza, agarramos otro autobús nocturno para cruzar de oeste a este el país hasta el pueblo andino del Bolsón, limítrofe con Chile y solamente distanciado por los Andes, donde aparcamos nuestras mochilas durante 4 días. Y nunca mejor dicho, porque estos 4 días han sido los más tranquilos de los últimos dos meses. Hemos hecho mucha vida con la gente del hostal y también con la familia, super encantadora y hospitalaria. El hecho de hablar español nos permite conocer mucho mejor la cultura e interactuar más con los locales. No nos ha apetecido casi ni salir del hostal más que a pasear como 2 abueltes

La última noche hicimos un gran asado argentino, un festín para el paladar. Compramos 5kg de carne, vino de Mendoza como y nos pusimos finos en el jardín de la casa. No paramos hasta tener la panza bien llena. En esta casa hacen una media de 200 asados por temporada. Es una auténtica religión el tema de los asados en Argentina. Tienen los utensilios más ingeniosos para conseguir la mejor carne, y hacer asados en compañía de familia y amigos es lo más común del fin de semana y los festivos.



El día 15 empezamos a subir más al norte, haciendo parada de una noche en Bariloche, la ciudad más importante de esta zona y meca del esquí argentino. Todos los argentinos que hacen temporada durante nuestro invierno regresan aquí ahora, cuando empieza su invierno. Le llaman los Alpes argentinos. Un ambiente bastante selecto y ahora sin mucho ambiente, puesto que se acabó el verano y todavía no ha empezado a nevar. Subimos al Cerro Campanario desde donde se ve una vista 360º de los lagos y montañas del alrededor. Muchos dicen que es una de las mejores vistas del mundo…




Dejamos la Patagonia y seguimos despacio hacia el norte por Sur-América...

1 comentarios:

Anónimo dijo...

que buen rollo ma_Q's…
muy bien transmitido el cambio cultural.! bona sorti bon viatge… que aproveche los asados… que poco a poco os ireis adentrando en las tierras del "maiz."
che pues que lo pasen rebien y shá tá

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